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Helicobacter pylori, una bacteria en el estómago

Helicobacter pylori, una bacteria en el estómago
Más de la mitad de la población mundial está afectada por la bacteria Helicobacter pylori, una infección que afecta al estómago y que suele ocurrir durante la infancia. El Helicobacter pylori es, muchas veces, el causante de enfermedades como la gastritis, la úlcera duodenal o, incluso, el responsable del cáncer gástrico.

Síntomas
En muchas ocasiones, el Helicobacter pylori no provoca síntomas, por lo que hay personas que están infectadas por esta bacteria pero que no siente dolor ni malestar que les haga conocedoras de esta afección.
Sin embargo, existen casos en los que el Helicobacter presenta distintos síntomas como dolor abdominal, acidez, pérdida de peso, náuseas, hinchazón de estómago o pérdida de apetito.

Detección
La unión de uno o varios de estos síntomas y su padecimiento continuado a lo largo del tiempo hace recomendable la asistencia al médico, concretamente al especialista del aparato digestivo, que aconsejará la realización de determinadas pruebas enfocada a detectar la presencia de esta bacteria
Existen varias formas para detectar la bacteria del Helicobacter pylori. Las menos invasivas son a través de la prueba del aliento, análisis de sangre o de un análisis de las heces. No obstante, la más precisa es la realización de una endoscopia digestiva, que permita tomar muestras directamente del estómago y analizarlas después. Esta opción, más molesta, requiere la sedación del paciente y consiste en la introducción por la garganta de un tubo flexible con una cámara para la obtención de muestras.
Tratamiento
Para tratar el Helicobacter pylori se administra al paciente, de manera regular, varios antibióticos junto con un protector de estómago durante, al menos, 2 semanas.
Se trata de un tratamiento agresivo que sólo debe ser administrado si se está totalmente seguro de que la persona está afectada por la bacteria. Y debido a su agresividad, muchas personas no toleran bien el tratamiento ocasionándoles malestar, vómitos, etc.
Una vez finalizado, el médico puede solicitar la repetición de las pruebas iniciales para comprobar si el tratamiento ha sido efectivo. En caso de detectar nuevamente la presencia de la bacteria en el estómago, se recetará un nuevo tratamiento con una nueva combinación de fármacos.